Enoturismo de lujo sobre un volcán

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Enoturismo de lujo sobre un volcán

Pico, en las Azores, rugió por última vez en 1718, y hoy el reconocido enólogo António Maçanita produce grandes vinos en sus suelos negros, con un espectacular hotel-bodega.

Las Azores son un archipiélago portugués de nueve islas situado en medio del océano Atlántico, a unos 1.400 km al oeste de Lisboa. Entre ellas Pico, la isla principal, cuenta con viñedos barridos por el viento y suelos negros volcánicos extremadamente pobres, con muros de piedra construidos hace 500 años que ayudan a proteger las uvas de los elementos.

Allí, en ese rincón donde el mar rocía los viñedos con sal creando un agua salobre debajo de las vides, se encuentra la Azores Wine Company, creada por el reconocido enólogo António Maçanita en 2014 para producir vinos con uvas autóctonas. Un proyecto que comparte con Filipe Rocha, responsable de poner en el mapa la calidad de la viticultura local.

En la imagen superior y sobre estas líneas, imágenes panorámicas de la bodega Azores Wine Company, entre el volcán de Pico y el océano Atlántico y rodeada de suelos negros volcánicos.

Pero el aterrizaje de Maçanita en esta isla no fue ocasional: “Mi padre es de las Azores, así que siempre tuve en mente hacer algo aquí“, explica. “Mi primer intento fue en 2000, cuando injerté un viñedo de híbridos con cañas de la universidad. Una tormenta quemó los injertos, de uvas internacionales, una tontería en retrospectiva. Así que, de alguna manera, fue el planeta Tierra o Dios, dependiendo de las creencias de cada uno, el que me dijo: vuelve cuando estés preparado. Y volví, 10 años después de involucrarme en la recuperación de una variedad de uva casi extinta llamada Terrantez do Pico, de la que sólo quedaban 89 plantas. Desde entonces hemos podido mostrar el increíble potencial de esta uva para hacer magníficos vinos, convirtiendo esas pocas plantas en más de 30 hectáreas en las Azores. Algo que dio paso, en 2013, a la producción de mi primer Arinto dos Açores, y en 2014 nació la Azores Wine Company junto a Filipe Rocha”, concluye.

António Maçanita, fundador de la Azores Wine Company.

El hotel del volcán

Pero la Azores Wine Company no es únicamente un espacio ligado a la producción de vino. En abril de 2021 Maçanita y Rocha inauguraron su nueva bodega con sala de degustación, restaurante y hasta hotel (desde 200 euros/noche) en la isla de Pico. Un proyecto arquitectónico creado por el estudio local SAMI, y que ofrece sorprendentes vistas al mar y las montañas, frente al volcán de Pico (la montaña más alta de Portugal) y el Atlántico. Un lugar donde las rocas volcánicas protegen la propiedad de los vientos cambiantes y que encierra seis preciosos apartamentos (5 estudios y un piso de dos dormitorios) con formas que recuerdan a los antiguos depósitos de agua de los viñedos –con techos inclinados– y a los monasterios de la isla. Y todo ello con fachadas de cal y cemento que relajan la mirada de la dureza de las piedras oscuras que rodean la bodega.

Los interiores del edificio, diseñados por Ana Trancoso, se inspiran en el paisaje volcánico –casi lunar– de la isla de Pico, con suaves texturas terrosas que contrastan con el exterior. En cuanto a la decoración, es un homenaje a los estilos locales, con bloques de madera convertidos en lámparas por Mário Medeiros, artesano de Sao Miguel, taburetes y mesas de José Adriano, carpintero de Pico, jarrones de António Mestre, de su taller de cerámica en Beringel, o sillas con troncos de pinos de la isla sobre alfombras de fibra natural. Y como toque final, ropa de cama Lameririnho, cálidas mantas Burel y minibares convertidos en neveras para vinos.

Las habitaciones recuerdan a los monasterios de la isla y son auténticos miradores sobre su bella aridez.

António Maçanita reivindica la importancia del vino en toda la experiencia: “Esta es una bodega en la que puedes alojarte y comer, no lo contrario. Es un lugar donde se producen vinos y donde se invita a los amigos a comer y dormir. Las habitaciones, con increíbles vistas, tienen vinotecas que incluyen añadas antiguas y algunos vinos muy singulares no disponibles en el mercado”, añade.

En cuanto a su restaurante, situado en la parte más alta de la bodega, sorprende el negro de la madera quemada que acentúa el mostrador crudo de la cocina abierta y la larga mesa de degustación, con una piedra volcánica gigante en el centro, así como la lámpara Moon de Davide Groppi coronando la escena. “Es una celebración de los vinos de las Azores y de sus productos en el plato”, explica António Maçanita.

Dotada de grandes ventanales sobre una terraza y magníficas vistas del mar y las islas de Faial y de San Jorge, la bodega de la Azores Wine Company ofrece dos tipos de experiencias gastronómicas: una en su barra en forma de U, que rodea la cocina abierta, y donde puede tomarse un menú sencillo para compartir, con cuatro platos y un postre (30 euros por persona) y otro en el extremo de la sala, en la terraza con vistas al mar, una mesa especial con capacidad para 10 personas donde se sirve un menú degustación de seis platos (Lapa Flambeada con algas de las Azores, tartar de jurel y queso de la isla de Sao Jorge…) maridados con vinos a partir de 95 euros por persona o 350 si la experiencia incluye vinos raros y el nuevo Vinha dos Utras.

Su menú degustación ofrece presentaciones creativas con ingredientes de la isla como sus verduras a baja temperatura.

La bienvenida a la bodega la da la pareja Filipe Rocha y Judith Martin, cuyo trato cercano e informal hacen sentirse como en casa. Martin, nacida en las Islas Canarias, es la responsable de la gestión de eventos y del enoturismo, y la perfecta concierge para recomendar y preparar todo tipo de experiencias a medida en la zona.

Grandes vinos

La Azores Wine Company no es únicamente una aventura exótica de sus propietarios. Además de la creación de la nueva bodega, en 2021 la Azores Wine Company ha lanzado el que quizá sea el mejor vino de las Azores: el Vinha dos Utras, uno de los grandes blancos de Portugal. Procedente de un viñedo adquirido en 2018 con edad media de 80 años a solo 50 metros del mar, el Vinha dos Utras 2019 es el reflejo de las uvas que más horas de luz solar reciben en la isla, dando lugar a una mayor concentración y maduración y a una presencia marítima más intensa que le han valido las puntuaciones más altas de la revista Decanter (97/100), el Livets Goda (97/100) y Jancis Robinson (19/20). Además, su vino Vinha Centenária 2017 recibió 95 puntos Parker en Wine Advocate, la puntuación más alta conseguida por un vino blanco portugués.

De izquierda a derecha, Vinha Centenária 2017 (74 euros aprox.), imagen aérea del terruño ennegrecido de la isla de Pico y Vinha dos Utras 2019 (215 euros aprox.), sus dos vinos más prestigiosos.

Según António Maçanita: “Como se suele decir, un éxito de la noche a la mañana llega tras 13 años de trabajo. Hemos necesitado tiempo. Creo que la región tiene un terruño increíble y es capaz de producir vinos que rivalizan con cualquier región del planeta. Así que, aunque estoy agradecido por el reconocimiento, todavía estamos empezando y queda mucho por mejorar en nuestros viñedos y bodega para el futuro”, concluye.